sábado, 30 de octubre de 2010

Quisiera que me recuerden...



Quisiera que me recuerden sin llorar ni lamentarme
quisiera que me recuerden por haber hecho caminos
por haber marcado un rumbo
porque emocioné su alma
porque se sintieron queridos, protegidos y ayudados
porque interpreté sus ansias
porque canalicé su amor.
Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felices
la seguridad de los justos
el sufrimiento de los humildes.
Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores
con comprensión por mis debilidades
con cariño por mis virtudes,
si no es así, prefiero el olvido,
que será el más duro castigo por no cumplir mi deber de hombre.


El autor del poema se llama Joaquin Enrique Areta. Había nacido en Monte Caseros (Corrientes) y en junio de 1978 fue detenido-desaparecido en la ciudad de La Plata. Aun permanece desaparecido. En el 2005 Nestor fue elegido para ponerle vos al texto en la Feria Internacional del Libro y así impulsar "Palabra Viva", una recopilacion de textos de autores desaparecidos durante la última dictadura.

martes, 6 de julio de 2010

Operacion Sudafrica 2010

La oposicion, el monopolio y los gorilas en general no dudaron en presentar la derrota de la seleccion argentina como un "nuevo fracaso" del gobierno de Cristina. Sorprendiendo nuestra ya bastante entrenada capacidad de asombro, ni bien el pitazo final de referí estampó ese fatídico 4 a 0 frente a Alemania, empezaron a vociferar su odio pestilente trazando increíbles analogías entre futbol y política:

- "Los goles de Alemania fueron el último mazazo que recibió el gobierno de Cristina Kirchner" (La Nacion)
- "El fútbol rompió el feliz retrato de los Kirchner" (La Nacion)
- "Lo que para el conjunto de los argentinos es el fin de un sueño, para los Kirchner suma un escollo en su estrategia de permanecer en el poder" (Diario Perfil)
- "El final de este mundial: puede que coincida con el fin de un ciclo político y deberían ser los opositores quienes asimilen más a fondo el mensaje"(Diario Perfil)

Claro que, un avez mas, la realidad se devora a las operaciones de prensa. Y el sentimiento generalizado de la sociedad Argentina, aunque triste por el resultado deportivo, fue de apoyo a los jugadores y al cuerpo técnico, solicitando incluso la continuidad del ciclo actual. Lo demostró la multitud que fue a Ezeiza el domingo a recibir a la delegacion argentina.
Algo está empezando a cambiar en nuestra sociedad. Son cada vez mas notorios los "desencuentros" entre la manipulacion mediática y las reacciones de la gente. Pareciera que cada vez mas empiezan a estar de un lado los periodistas (mayoritariamente opositores, negativos, pesimistas, casi desestabilizadores) y del otro la gente, los ciudadanos, el pueblo; resistiendo con sensatez y sabiduría las ya obvias, evidentes, casi graciosas operaciones de prensa.
Aaaaaaah!, me olvidaba:
Vos tambien la tenes adentro, Passman!!!!!
Devolvé los pibes, Ernestinaaaa!!!
Aguante Kristina carajo!!!!
Vamo' Nestorrrr 2011!!!
VIVA PERON

lunes, 31 de mayo de 2010

No aprenden mas...


Sabido es que el pueblo argentino no es mas que un rejunte de patrioteros, bastante analfabetos, ignorante de los buenos modales y costumbres, pero por sobre todas las cosas, una manga de irrespetuosos!!
Históricamente se ha negado a avanzar hacia la "civilización" y ha preferido estancarse y retroceder en la "barbarie", una suerte de autodestrucción cultural patológica de masas...
Basta recordar algunos gestos, que ilustran a las claras que los negros son incorregibles!!
El 17 de octubre de 1945 una banda de foragidos y sobre todos negros peronistas introducen sus sucias y llagosas patas en la hermosa fuente de la plaza. Un gesto sin dudas, de barbarismo sin precedentes.
Un par de años mas tarde, levantan los pisos de parké para hacer asados a lo largo y ancho del país, de las casas que el gobierno populista de entonces regalaba a los negros pa que no laburen...
Como ensuciaron sistemáticamente a lo largo de la historia las paredes de diferentes ciudades con vituperios, sandeces y sobre todo malas palabras. Escribir "mearon" en las paredes es solo un ejemplo.
Algun día el ilustrado ciudadano argento escribirá "...cuando le plazca" en lugar de cuando se le canten las pelotas.......
Cada pueblo tiene el gobierno y la educacion que se merece!!!

jueves, 27 de mayo de 2010

martes, 4 de mayo de 2010

Milagro Sala en la Facultad de Periodismo


"Nosotros no creemos que la Universidad tiene que ir a las villas; las villas tienen que venir a la Universidad" dijo la compañera Milagro Sala y arrancó el caluroso aplauso del aula anfiteatrada repleta de estudiantes, docentes, graduados y no-docentes.
La dirigente se hizo presente ayer en la Facultad de Periodismo y Comunicacion Social, en el marco de las Jornadas "Comunicación, Universidad y Territorio", junto a Florencia Saintout, flamante decana de la casa de estudios.
Ante un auditorio colmado, Milagro señaló que “hay que acordarse de los '90, quienes nos llevaron a este gran atropello que hemos sufrido los argentinos, de mucho endeudamiento, de mucha deserción escolar y desocupación. Esos son los que hoy dicen ser oposición, y critican al gobierno de Kirchner”. Y concluyó que "a mi me dicen que soy Kirchnerista pero despues de Peron, Nestor fue el que mas repartió para los pobres".
Por su parte, la Dra. Saintout dijo que "la universidad tiene la deuda social de incorporar a los excluídos, nos comprometemos a empezar a hacerlo". Y finalmente agregó que “es inaudito que los pueblos originarios y las mujeres sigan sufriendo una fuerte discriminación por una parte de nuestra sociedad”.

Excelente jornada la de ayer en la Facultad, compañeros y compañeras. Horizontal, democrática, muuuuuy concurrida, abierta a la comunidad y con un clarísimo contenido ideológico y político.
Por último, estamos en condiciones de afirmar que el nabo de Gerardo Molares tenía razon: Milagro le pega a las mujeres, está fuertemente armada y sobre todo es una india bruta, violenta y autoritaria......
AGUANTE MILAGROOOOOO!
VAMO NESHTORRRRRRRRRR

martes, 13 de abril de 2010

Anibaaaaaaal


Llamativamente, a las 12.23 del día de hoy de leemos en la edición digital de Clarín: "Anibal Fernández de fiesta y sin filtros con los blogueros kirchneristas". La nota comenta la presencia del Jefe de Gabinete Aníbal Fernández en la "Reunión de Blogueros Nac&Pop", en Parque Patricios, la noche del sabado pasado. Está tan pero tan desorientado el monopolio que recurre a cualquier artilugio para intentar dejar mal parado a algun funcionario de "la yegua" o a "la yegua" misma o al marido de "la yegua"....Demas está decir que fracasa con todo´éxito en esa tarea.
Sobre el final de la nota, en un acto casi sin precedentes, muestra lo roto que tiene el tujes: "También había algunas instantáneas que Aníbal se sacó hacia el final con una remera que se mofa del logo de este diario".
JUAAAAA! Estas al horno clarinete!!!! Vos tambien la tenes adentro, Magnetto!!! Grandíííííííííísimo Anibal!!!!!!!!!!!!

miércoles, 24 de febrero de 2010

24 de febrero de 1946



El 24 de febrero se conmemora un nuevo aniversario del primer triunfo electoral del peronismo, por el 56 % de los sufragios, que consagró al General Juan Domingo Perón como Presidente de la Nación.

La fórmula Perón-Quijano (Partido Laborista-Junta Renovadora radical), enfrenta la fórmula Tamborini-Mosca que reúne, en la Unión Democrática, a la Unión Cívica Radical (Comité Nacional), el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Partido Demócrata Progresista, en cuya proclama general, leída durante el acto de cierre de campaña, expresa: Cerraremos definitivamente el paso a las hordas que agravian la cultura convertidos en agentes de una dictadura imposible…
La alternativa siempre fue Patria o Colonia, desde entonces es Braden o Peron.

lunes, 22 de febrero de 2010

"El Odio"


por Eduardo Aliverti

Sí, el tema de estas líneas es el odio. Planteado así, de manera tan seca y contundente, quizás y ante todo deba reconocerse que es más propio de cientistas sociales que de un simple periodista u opinólogo. Pero, precisamente porque uno es esto último, registra que su razonamiento respecto del clima político y social de la Argentina desemboca en algo que ya excede a la mera observación periodística.

Hay –es probable– una única cosa con la que muy difícilmente no nos pongamos todos de acuerdo, si se parte de una básica honestidad intelectual. Con cuantos méritos y deficiencias quieran reconocérsele e imputarle, desde 2003 el kirchnerismo reintrodujo el valor de la política, como ámbito en el que decidir la economía y como herramienta para poner en discusión los dogmas impuestos por el neoliberalismo. Ambos dispositivos habían desaparecido casi desde el mismo comienzo del menemismo, continuaron evaporados durante la gestión de la Alianza y, obviamente, el interregno del Padrino no estaba en actitud ni aptitud para alterarlos.

Fueron trece años o más (si se toman los últimos del gobierno de Alfonsín, cuando quedó al arbitrio de las “fuerzas del mercado”) de un vaciamiento político portentoso. El país fue rematado bajo las leyes del Consenso de Washington y la rata, con una audacia que es menester admitirle, se limitó a aplicar el ordenamiento que, por cierto, estaba en línea con la corriente mundial. También de la mano con algunos aires de cambio en ese estándar, y así se concediera que no quedaba otra chance tras la devastación, la etapa arrancada hace siete años volvió a familiarizarnos con algunos de los significados que se creían prehistóricos: intervención del Estado en la economía a efectos de ciertas reparaciones sociales; apuesta al mercado interno como motor o batería de los negocios; reactivación industrial; firmeza en las relaciones con varios de los núcleos duros del establishment. Y a esa suma hay que agregar algo a lo cual, como adelanto de alguna hipótesis, parecería que debe dársele una relevancia enorme. Son las acciones y gestos en el escenario definido como estrictamente político, desde un lugar de recategorización simbólica: impulso de los juicios a los genocidas; transformación de la Corte Suprema; enfriamiento subrayado con la cúpula de la Iglesia Católica; Madres y Abuelas resaltadas como orgullo nacional y entrando a la Casa Rosada antes que los CEO de las multinacionales; militancia de los ’70 en posiciones de poder.

En definitiva, y –para ampliar– aun cuando se otorgara que este bagaje provino de circunstancias de época, sobreactuaciones, conciencia culposa o cuanto quisiera argüirse para restarles cualidades a sus ejecutores, nadie, con sinceridad, puede refutar que se trató de un “reingreso” de la política. Las grandes patronales de la economía ya no eran lo único habilitado para decir y mandar. Hasta acá llegamos. Adelante de esta coincidencia que a derecha e izquierda podría presumirse generalizada, no hay ninguna otra. Se pudre todo. Pero se pudre de dos formas diferentes. Una que podría considerarse “natural”. Y otra que es el motivo de nuestros desvelos. O bien, de una ratificación que no quisiéramos encontrar.

La primera nace en el entendimiento de la política como un espacio de disputa de intereses y necesidades de clase y sector. Por lo tanto, es un terreno de conflicto permanente, que ondula entre la crispación y la tranquilidad relativa según sean el volumen y la calidad de los actores que forcejean. Este Gobierno, está claro, afectó algunos intereses muy importantes. Seguramente menos que los aspirables desde una perspectiva de izquierda clásica, pero eso no invalida lo anterior. Tres de esos enfrentamientos en particular, debido al tamaño de los bandos conmovidos, representan un quiebre fatal en el modo con que la clase dominante visualiza al oficialismo.

Las retenciones agropecuarias, la reestatización del sistema jubilatorio y la ley de medios audiovisuales. Ese combo aunó la furia. Una mano en el bolsillo del “campo”; otra en uno de los negociados públicos más espeluznantes que sobrevivían de los ’90, y otra en el del grupo comunicacional más grande del país, con el bonus track de haberle quitado la televisación del fútbol. De vuelta: no vienen al caso las motivaciones que el kirchnerismo tenga o haya tenido y no por no ser apasionante y hasta necesario discutirlas, sino porque no son aquí el objeto de estudio. Es irrebatible que ese trío de medidas –y algunas acompañantes– desató sobre el Gobierno el ataque más fanático de que se tenga memoria. Hay que retroceder hasta el segundo mandato de Perón, o al de Illia, para encontrar –tal vez– algo semejante. Potenciados por el papel aplastante que adquirieron, los medios de comunicación son un vehículo primordial de esa ira.

El firmante confiesa que sólo la obligación profesional lo mueve a continuar prestando atención puntillosa a la mayoría de los diarios, programas radiofónicos, noticieros televisivos. No es ya una cuestión de intolerancia ideológica sino de repugnancia, literalmente, por la impudicia con que se tergiversa la información, con que se inventa, con que se apela a cualquier recurso, con que se bastardea a la actividad periodística hasta el punto de sentir vergüenza ajena. Todo abonado, claro está, por el hecho de que uno pertenece a este ambiente hace ya muchos años, y entonces conoce los bueyes y no puede creer, no quiere creer, que caigan tan bajo colegas que hasta ayer nomás abrevaban en el ideario de la rigurosidad profesional. Ni siquiera hablamos de que eran progresistas. La semana pasada se pudo leer que los K son susceptibles de ser comparados con Galtieri. Se pudo escuchar que hay olor a 2001. Hay un límite, carajo, para seguir afirmando lo que el interés del medio requiere. Gente de renombre, además, que no se va a quedar sin trabajo. Gente –no toda, desde ya– de la que uno sabe que no piensa políticamente lo que está diciendo, a menos que haya mentido toda su vida.

Sin embargo, más allá de estas disquisiciones, todavía estamos en el campo de batalla “natural” de la lucha política; es decir, aquel en el que la profundidad o percepción de unas medidas gubernamentales, y del tono oficialista en general, dividieron las aguas con virulencia. Son colisiones con saña entre factores de poder, los grandes medios forman parte implícita de la oposición (como alternativamente ocurre en casi todo el mundo) y no habría de qué asombrarse ni temer. Pero las cosas se complican cuando nos salimos de la esfera de esos tanques chocadores, y pasamos a lo que el convencionalismo denomina “la gente” común. Y específicamente la clase media, no sólo de Buenos Aires, cuyas vastas porciones –junto con muchas populares del conurbano bonaerense– fueron las que el 28-J produjeron la derrota electoral del kirchnerismo. ¿Hay sincronía entre la situación económica de los sectores medios y su bronca ya pareciera que crónica? Por fuera de la escalada inflacionaria de las últimas semanas, tanto en el repaso del total de la gestión como de la coyuntura, los números dan a favor. En cotejo con lo que ocurría en 2003, cuando calculado en ingresos de bolsillo pasó a ser pobre el 50 por ciento del país, o con las marquesinas de esta temporada veraniega, en la que se batieron todos los records de movimiento turístico y consumo, suena inconcebible que el grueso de la clase media pueda decir que está peor o que le va decididamente mal. Pero eso sería lo que en buena medida expresaron las urnas, y lo que en forma monotemática señalan los medios.

Veamos las graduaciones con que se manifiesta ese disconformismo. Porque podría conferirse la licencia de que, justamente por ir mejor las cosas en lo económico, la “gente” se permite atender otros aspectos en los que el oficialismo queda muy mal parado, o apto para las acusaciones. Ya se sabe: autoritarismo, sospechas de corrupción, desprecio por el consenso, ausencia de vocación federalista, capitalismo de amigotes y tanto más por el estilo. Nada distinto, sin ir más lejos, a lo que recién sobre su final se le endilgó a Menem y su harén de mafiosos. ¿Qué habrá sucedido para que, de aquel tiempo a hoy, y a escalas tan similares de bonanza económica real o presunta, éstos sean el Gobierno montonero, la puta guerrillera, la grasa que se enchastra de maquillaje, los blogs rebosantes de felicidad por la carótida de Kirchner, los ladrones de Santa Cruz, la degenerada que usa carteras de 5 mil dólares, la instalación mediática de que no llegan al 2011, el olor al 2001, el uso del avión presidencial para viajes particulares? ¿Cómo es que la avispa de uno sirvió para que se cagaran todos de la risa y las cirugías de la otra son el símbolo de a qué se dedica esta yegua mientras el campo se nos muere? ¿Cómo es que cuando perpetraron el desfalco de la jubilación privada nos habíamos alineado con la modernidad, y cuando se volvió al Estado es para que estos chorros sigan comprándose El Calafate? Pero sobre todo, ¿cómo es que todo eso lo dice tanta gente a la que en plata le va mejor?

Uno sospecharía principalmente de los medios. De sus maniobras. De que es un escenario que montan. Pues no. Por mucho que haya de eso, de lo que en verdad sospecha es de que el odio generado en las clases altas, por la afectación de algunos de sus símbolos intocables, ha reinstalado entre la media el temor de que todo se vaya al diablo y pueda perder algunas de las parcelas pequebú que se le terminaron yendo irremediablemente ahí, al diablo, cada vez que gobernaron los tipos a los que les hace el coro.

Debería ser increíble, pero más de 50 años después parece que volvió el “Viva el Cáncer” con que los antepasados de estos miserables festejaron la muerte de Eva.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-140783-2010-02-22.html